lunes, 11 de febrero de 2013

LOS BOSQUES RUSOS IV

LOS BOSQUES RUSOS



Cuarta Parte:


Efectos de las perturbaciones


Aproximadamente la mitad de los bosques rusos no estaban y siguen sin estar sujetos a gestión ni explotación industrial, y las perturbaciones siguen siendo una de las principales fuerzas motrices de la dinámica de estos territorios. Los principales tipos de perturbaciones son los incendios, los insectos y los brotes de enfermedades, la transformación industrial de las tierras y la contaminación industrial.


 En promedio, entre 10 y 20 × 106 hectáreas de zonas del fondo forestal sufren perturbaciones anuales. Los grandes incendios son la perturbación más importante en la zona boreal. En los bosques del norte cuyos suelos están permanentemente helados, los incendios intensos y frecuentes modifican el funcionamiento sostenible de los panoramas naturales, lo que con frecuencia produce una "desertificación verde", es decir, la transformación irreversible de los bosques en pantanos, zonas de arbustos o praderas. En el sur y el centro de la zona, los incendios forestales son el fenómeno ambiental más peligroso, que produce espectaculares pérdidas económicas e intensos efectos ecológicos negativos en los ecosistemas y la biodiversidad forestales. Alrededor del 60 por ciento del total de la superficie del fondo forestal de Rusia cuenta con protección contra incendios. El alcance y la gravedad de los incendios han aumentado en los últimos decenios. Se calcula que las pérdidas producidas por insectos y enfermedades tengan la misma magnitud de las causadas por los incendios (Isaev y Korovin, 1998). Las estadísticas oficiales informan de que las zonas que han sufrido efectos de factores bióticos en los últimos 40 años se extienden de 1,5 a 3 × 106 hectáreas a 5 a 10 × 106 hectáreas al año. Estos datos subestiman considerablemente la situación real.


Problemas del período de transición (1992-2002) y perspectivas

La caída de la industria forestal soviética


La fuerte crisis económica y social del último decenio ha repercutido en todos los elementos del sector forestal de Rusia. Los bosques siguen siendo de propiedad federal, pero el presupuesto del Estado no cubrió siquiera el 50 por ciento de la cantidad necesaria para el mantenimiento adecuado del inventario, la investigación, el restablecimiento y la protección forestales. Las zonas anualmente sometidas a inventario han disminuido tres veces en el último decenio, y la obsolescencia del inventario forestal es crítica.


Los principales problemas económicos del sector forestal no se han resuelto. La ciencia y la formación profesional del ámbito forestal están decayendo profundamente. La protección forestal contra los incendios no basta, por ejemplo, en 1999-2001 sólo se utilizó la aviación entre el 22 por ciento y el 24 por ciento respecto a lo necesario. Se destruyó el sector de la industria forestal soviética. La producción de los principales productos de madera disminuyó espectacularmente (en 1998, en comparación con 1988, la extracción de madera fue de 22,0 por ciento, la producción de madera fue de 21,9 por ciento, celulosa 38,4 por ciento y papel 46,0 por ciento, Burdin et al., 2000). Actualmente, la participación rusa en la extracción mundial de madera es de 3,2 por ciento, en la producción de papel y cartón es de 1,4 por ciento, la producción de paneles de madera es de 2,4 por ciento, etc. El precio promedio de la madera viva en todo el país probablemente sea el más bajo del mundo (0,83 centésimos de dólar EE UU por metro cúbico en los bosques de arriendo y 2,7 dólares EE UU por metro cúbico de madera vendida en subasta en 2002). El volumen mismo que se explota es alrededor de una quinta parte de la tala anual permitida (22 por ciento en 2001), pero los recursos disponibles de las regiones que cuentan con una infraestructura desarrollada casi se han agotado.
Prácticamente no se están construyendo carreteras, y sólo entre 1993 y 1998, 54 000 kilómetros de carreteras para el transporte de madera en la Rusia europea quedaron inservibles. La depredación forestal se ha hecho más palpable que antes. Según las fuentes oficiales, la explotación ilegal (en diversas modalidades) es insignificante (dentro de los límites de un millón de metros cúbicos al año en 2001 y 2002). Pero según los datos de organizaciones no gubernamentales y otros cálculos independientes, la cantidad de madera ilegalmente explotada llegó a del 10 por ciento al 30 por ciento en regiones de explotación básica, y en algunas regiones orientadas a la exportación superó el 50 por ciento de las especies y el surtido de mayor valor (Sheingauz, 2001).


Todos estos problemas producen una situación paradójica en virtud de la cual los ingresos forestales del país que tiene la mayor superficie forestal del mundo no satisfacen las necesidades de una gestión forestal adecuada, y la industria forestal apenas si proporciona el 2,5 por ciento del PIB. El país no cuenta con una política forestal claramente definida. La última reorganización de la ordenación estatal de los bosques en Rusia, en 2000 (fue aproximadamente la décimoquinta de los últimos 85 años), puso fin al Servicio Forestal Federal como organismo gubernamental independiente, lo que ha creado más problemas de organización e institucionales.

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