martes, 15 de enero de 2013

LOS BOSQUE RUSOS I

Los Bosques Rusos

Primera Parte:


La importancia mundial de los bosques rusos se define por la gran magnitud, sus recursos inherentes y las propiedades ecológicas de los mismos. A pesar de las serias deficiencias de ordenación forestal que ha habido en la Federación de Rusia en los últimos decenios, que se han traducido en deterioro de los bosques en diversas de las regiones más pobladas del país, y en aprovechamiento y protección forestales insuficientes, este singular recurso natural demuestra una asombrosa vitalidad y capacidad natural de recuperación


Los bosques rusos siguen sirviendo de vigoroso estabilizador del medio ambiente mundial y como fuente potencial de diversos productos forestales, en particular madera de coníferas. Sin embargo, la situación socioeconómica que atraviesa el país, una presión antropogénica creciente y el espectacular cambio climático previsto en el norte de Eurasia, apremian a la adopción de una ordenación forestal sostenible que tome en cuenta los numerosos usos inagotables de los bosques y la necesidad de adoptar estrategias previsoras de gestión forestal, a fin de mitigar las consecuencias del cambio climático mundial.

La mayor parte (95 por ciento) de los bosques rusos (el 51,6 por ciento de la superficie territorial del país está cubierta por territorios forestales y el 45,3 por ciento por bosques cerrados [FFS, 1999]) está situada en la zona de la taiga, que define sus propiedades inherentes y principales características de conjunto. En la zona boreal predominan las coníferas (70,7 por ciento de la superficie de bosques cerrados) y caducifolias de madera blanda (16,7 por ciento). Hay zonas relativamente reducidas (2,4 por ciento) cubiertas de caducifolias de madera dura. 

Estos tres grupos de bosques constituyen las principales especies forestales (89,7 por ciento de la superficie de bosques cerrados). En el resto de la superficie de bosques cerrados predominan los arbustos (principalmente de la especie Pinus pumila), en los territorios donde no pueden crecer bosques altos debido a las condiciones difíciles del clima. Hay poca biodiversidad en cuanto a especies (seis especies predominantes cubren alrededor del 85 por ciento de la superficie de bosques cerrados), pero hay una gran plasticidad y adaptabilidad ecológica de las especies (por ejemplo, hay bosques en los que predominan los pinos y los abedules en todas las zonas bioclimáticas, desde la tundra hasta el semidesierto y el desierto).

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